domingo, abril 23, 2023
La vida florece en cada amanecer
viernes, abril 21, 2023
¿Quieres ayudar al planeta?, simplemente come menos carne
domingo, agosto 29, 2021
Entusiasmo
sábado, agosto 28, 2021
Excelencia

Un día pasarás
lunes, agosto 23, 2021
Desear y Creer
¿Por qué reza usted?
¿Por
qué estudia usted?
¿Por
qué compra usted un pasaje de avión?
¿Por
qué compra usted un billete de lotería?
¿Por
qué hace lo que hace?
Si
a diferentes personas hiciera éstas o parecidas preguntas, encontraría también respuestas
diferentes. Pero todas sinónimas de una sola: “El deseo de lograr algo en la
vida.”
Siendo
esto tan obvio, siendo que todos deseamos obtener algo, ¿por qué no desear el éxito
en su forma amplia y verdadera?
¿Por
qué solo se pide satisfacción de una necesidad, el logro de una ambición, y no,
el éxito en la vida?
La
respuesta tal vez esté en que no sabemos desear. Solo deseamos el dinero cuando
estamos necesitados de él. Solo deseamos la felicidad cuando nos aflige una
pena. Solo rezamos cuando tenemos la necesidad concreta de pedir a Dios.
Pero cuando ningún mal nos ataca de cerca, vegetamos en las diarias labores de nuestra vida sin desear nunca nada y sobre todo sin hacer nada constructivo para lograr cuanto anhelamos. ♥︎
Revista Sembradores
El verdadero sentido de la vida
Viktor Frankl, en el VI Congreso Internacional de Logoterapia (Buenos aires, septiembre de 1987), dijo: “el hombre está caracterizado, desde sus orígenes, por la búsqueda del sentido para su vida”. Hay que construir en nosotros “un impulso” que nos lleve a la superación de nuestro “egoísmo”. Se trata de la auto trascendencia, es decir, vivir por algo más que por nosotros mismos. La auto trascendencia es la esencia de la existencia humana. Hay que auto trascenderse para alcanzar los valores.
Cuanto
más se olvide el hombre de sí mismo, entregándose a una persona o a una causa, más
humano se vuelve. Cuanto más inmerso está en alguien o en algo diverso de él,
es más hombre.
¡Cuántas
personas vencieron la depresión porque encontraron en el trabajo el sentido de
sus vidas! Es muy raro ver deprimido o hastiado a un hombre que tiene a alguien
o algo por quien vivir. En el hombre, igualmente, un impulso de auto
trascendencia a Dios, el infinito. Para llegar a él tiene que auto trascenderse,
Dios es el único ser capaz de llevar al hombre a la perfecta y completa
realización
de sí mismo.
Las
causas del vacío interior, de angustia existencial, de sentido de la vida se
pueden reducir a dos:
1)
la pérdida del instinto y
2)
la pérdida de la tradición.
Contrariamente
a lo que sucede con los animales, los instintos no le indican al hombre lo que hay
que hacer. Al hombre de nuestro tiempo, la tradición no lo dice lo que debe
hacer. Con frecuencia, tenemos la sensación de que el hombre no sabe lo que
realmente quiere, porque va en busca de lo que los demás hacen, desea lo que ve
en los demás, quiere lo que los demás quieren. La gran enfermedad de nuestro
tiempo es la carencia de objetivos, el aburrimiento, la falta de sentido.
Ignoramos lo que queremos. No sabemos lo que sentimos. Nos faltan intereses inmediatos,
valores que nos motiven. Carecemos de objetivos claros. No somos hombres de ideales.
¡Muchas
veces experimentamos profundos sentimientos de hastío y vaciedad, de desamparo
e insatisfacción creciente que se trasforman en verdadera angustia! Son
frecuentes los casos de personas en cuyas vidas, aparénteme ordenadas, se
filtran, sin causa conocida, ansiedades difusas, sentimientos de vacío,
tendencias depresivas y estados permanentes de tensión.
El
asco y la tristeza hacen su aparición en nuestras vidas, cuando hacemos las
cosas por rutina, por hacerlas simplemente, cuando nos guían las apariencias y
no el conocimiento de lo que somos y hacemos, cuando no damos un paso para
mejorar nuestra conducta, nuestros modos de pensar, nuestras costumbres.
La neurosis del hastío es la neurosis de nuestro tiempo. El punto clave para destruirla es sencillo: adoptar un modo particular de lucha con ella, de manejarla y trabajarla. El algunas ocasiones los resultados positivos obtenidos no son completos. Esto se debe, sobre todo, a que ciertas personas no tienen el valor de enfrentarse a las situaciones, o no están dispuestas a asumir todas las responsabilidades de su vida.
En otros casos, los resultados positivos son completos. Cuando las personas se sienten motivadas para enfrentar los problemas, y dan los pasos necesarios para mejorar sus actitudes, el crecimiento es total en la vida familiar, en la vida espiritual y en los valores. Muchas veces las personas no enfrentan sus problemas y los proyectan en los demás. Entonces, los demás pasan a ser los culpables de sus problemas. Huir de sí mismos, no enfrentar los problemas existenciales y las inquietudes, aumentan el vacío y la falta de sentido de la vida.
La
falta de sentido de nuestra vida
Dar
sentido a nuestra vida es pensar, sentir y obrar por nosotros mismos, por el
dictamen de nuestra razón y nuestra conciencia. No esperar la canción, el tema
musical del momento o el “reality” que nos ayude a olvidarnos y a alejarnos más
de nosotros mismos. Tenemos que aprender a distraernos pero en el verdadero
sentido de la palabra, distraernos no de nosotros sino de la cotidianeidad, de
nuestras labores diarias. Dar sentido a nuestra vida es un motivo para ser
felices y hacer felices a los demás. Es elevar nuestra mirada y reconocernos
como criaturas maravillosas dando gracias al Creador por todos nuestros dones;
hasta por el sufrimiento que nos hace fuertes y nos ayuda a comprender y a
madurar. ♥︎
Revista Sembradores