En la
antesala de la oficina del director de una afamada institución educativa se encontraba
un joven estudiante y su padre. Esperaban que el director de la institución los
recibiera, para darles orientación respecto a los estudios.
Después
de las presentaciones obligadas en estos casos, el padre del joven comentaba al
director del plantel: “Mire, señor, soy un padre muy práctico… desearía para mi
hijo algo rápido, no deseo una carrera que lo mantenga ocupado por años”.
“El plan
es que mi hijo tenga una breve preparación y luego se haga cargo de mis negocios,
que como usted bien sabe son muchos y muy importantes”.
El director
escuchaba al padre del futuro pupilo con calma.
Una vez
terminó de hablar el padre, el director tomó la palabra y dijo: “Mi estimado señor,
todo depende de lo que usted desee para su hijo. Si usted desea formarlo como calabaza
o como roble”.
“De calabaza
usted extrae su suave carne y lo que le queda sirve de alimento para animales”.
“Del
roble, se aprovecha su hermosa madera, con la que construyen bellos muebles. También
se disfruta la belleza del árbol al crecer y su fresca sombra en el verano. El roble
puede servir al hombre durante toda su vida”.
El
padre del joven pareció no entender, ante lo cual el director explicó: “Sí, mi estimado
amigo, la naturaleza nos puede dar una calabaza en seis meses, o un hermoso roble
en veinte años. Como usted ve, todo va en función de lo que deseamos y del tiempo
que estemos dispuestos a invertir”.
Los caminos
fáciles son las alternativas para muchas personas, pero también hay quienes se proponen
metas a largo plazo y retos que vencen con el correr del tiempo logrando la plena
realización de sus sueños. Para quienes optan por los caminos fáciles, todo parece
alcanzable, con la única diferencia que los logros obtenidos serán relativos a la
medida del esfuerzo realizado. “Si me esfuerzo poco, gano poco".
Por el contrario, quien se plantea verdaderos retos que requieren el máximo esfuerzo y dedicación, serán compensados satisfactoriamente. ♥︎