Hablando con la gente diariamente, nos encontramos con una gran diversidad que refleja nuestra personalidad y define nuestras relaciones. Es crucial destacar que la igualdad total resultaría en un mundo monótono y carente de nuevas experiencias.
Muchos de los problemas que enfrentamos se basan en la falta de aceptación de estas diferencias. A menudo esperamos comprensión y aceptación, pero rara vez estamos dispuestos a ofrecerlas. Inconscientemente, tendemos a alejar a quienes son diferentes a nosotros y solo aceptamos a aquellos que son similares.
Entonces nos preguntamos por qué el país no progresa. La verdad es que no estamos cumpliendo con lo que el país espera, y como sociedad no estamos recibiendo lo que deseamos. Hablamos de convivencia, progreso, paz y felicidad para los ciudadanos, pero pocos se comprometen verdaderamente a trabajar para lograrlo, esperando que otros hagan el trabajo.
Es hora de entender que cada uno de nosotros tiene el poder de marcar la diferencia. Recordemos que somos esa "tecla" que puede generar cambios significativos. Aprendamos a escuchar a los demás y a nosotros mismos, a evaluar diferentes puntos de vista y a tomar decisiones que beneficien a todos, dejando de lado los intereses personales que a menudo predominan.
Cuando observemos las diferencias sociales que nos rodean, recordemos que cada uno de nosotros puede marcar la diferencia. Esa tecla somos nosotros mismos.
Revista Sembradores