martes, mayo 09, 2023
¡Somos Sembradores!
jueves, agosto 12, 2021
O servimos o se arruinan nuestras vidas
Los economistas se han quedado sin respuestas
Se han ensayado en el mundo entero todo tipo de recetas para lograr la prosperidad de las naciones: monarquía, dictadura, comunismo, capitalismo, fascismo, neoliberalismo, además de la globalización de mercados, mercados comunes, etcétera; y aun cuando algunas naciones han logrado la prosperidad, el deterioro de su tejido social ha sido lamentable. Por ejemplo, en el país "más rico" del planeta, los Estados Unidos de América, con el arsenal bélico más poderoso, la principal fuerza exportadora internacional, con un mercado de consumo incomparable por la capacidad de compra de sus habitantes, éstos —parece ser, por lo espeluznante de sus estadísticas de asesinatos, violencia, 1% de sus ciudadanos en las cárceles, el abandono de los niños, la desintegración familiar, en fin— no son los más felices del planeta. La conclusión: sus habitantes no sólo lograron sobrevivir, sino que han alcanzado una súper vida material; pero su esencia espiritual la olvidaron, a tal grado, que su capacidad de consumo ha consumido su esencia humana. Si observamos las condiciones de las naciones más ricas del mundo, tanto en América como en Asia y Europa, las conclusiones son similares. Si, por otra parte, analizamos a los países pobres, presenciamos el caos producido por el narcotráfico, la corrupción, la destrucción de los ecosistemas, la devastación de sus recursos naturales, en fin, realidades no menos dolorosas que las de los países prósperos.
En el tercer milenio de nuestra era, las cifras de la condición humana son alarmantes: tres cuartas partes de la humanidad viven en la pobreza; el Banco Mundial calcula que mil doscientos millones sobreviven con menos de un dólar al día. Nada más con el valor de la basura que arrojan diariamente los habitantes de Estados Unidos, lograrían sobrevivir 50 millones de seres humanos; 35 mil niños mueren diariamente en el mundo, tenemos el equivalente a un Hiroshima cada 3 días; de cada 100 latinoamericanos 63 viven en la miseria; cada 90 segundos se invierte un millón de dólares en armamento. La aberrante realidad nos muestra que para alimentar anualmente a todos los niños miserables del planeta se requieren aproximadamente 25 mil millones de dólares: la mitad de lo que gastan los países desarrollados en cigarrillos.
Si la realidad es tan terrible, sería una locura no intentar cambiarla. El ser humano tiene el talento de hacerse, deshacerse y rehacerse. Muchas veces nos hemos equivocado y el error representa la oportunidad de aprender y de corregir el rumbo; seguramente cuando incurrimos en él “ignorábamos que estábamos equivocados” y de no haberlo intentado nos habríamos privado de la oportunidad de aprender para evolucionar.
La sabiduría se adquiere a través de la experiencia, éxitos y fracasos debidamente asimilados. Contexto significa lo entretejido y nosotros somos el resultado de ese entretejido. En el pasado, la humanidad ha evolucionado gracias a los errores y aciertos logrados; no es ninguna casualidad que hoy tengamos mayor longevidad, más rapidez en la comunicación o nos traslademos geográficamente a velocidades vertiginosas. En fin, podemos estar ciertos de que el mundo ha evolucionado positivamente, aun cuando estemos viviendo en muchas partes del mundo cuadros dantescos de miseria y abandono.
Las soluciones no se encuentran en los sistemas económicos sino en las conductas humanas. La realidad nos ha confrontado con una verdad irrefutable: el gran enemigo a vencer está dentro de nosotros mismos; la auténtica crisis es una crisis de valores. En el ser humano están el problema y la solución. Nos hemos topado de frente con antivalores que en otro tiempo creímos que eran valores: la esclavitud, el feudalismo, las monarquías, el poder absoluto de las iglesias. Hemos tenido que transitar por caminos equivocados para saber que efectivamente lo eran y también los aciertos nos han conducido a descubrir valores que de hecho son principios naturales universales: el derecho a la vida, la libertad, la justicia, y muchos más que nos permiten vivir mejor hoy que en el pasado. Si deseamos modificar la realidad actual y aspirar a erradicar los grandes detractores de la humanidad como la miseria, la ignorancia, guerras, abandono, narcotráfico, explotación irracional de la naturaleza y del ser humano, tendrá que ir al fondo del problema: producir una auténtica revolución espiritual, provocar un renacimiento moral y luchar por cambiar, con valores, el fondo de la persona. Nadie puede dar lo que no tiene. No podemos pedir honestidad, veracidad, generosidad, lealtad, si antes no hemos sembrado profundamente estas verdades y valores universales en el espíritu humano.
Una aldea, un pueblo, una nación y el mundo cambian cuando en forma individual cada habitante opera el cambio. La auténtica educación moral, como anotaba Aristóteles, se logra con hábitos morales superiores. No podemos esperar en la actualidad que esta educación sea solamente a nivel familiar, la cual, por supuesto, es fundamental; pero la realidad supera a la teoría. ¿Cómo llevar estos valores a las familias desintegradas, a los huérfanos, a quienes tuvieron por progenitores seres deformes moralmente? El cuestionamiento es ¿cómo llegar masivamente a una educación superior en valores? El reto está en los medios de comunicación, esos mismos medios que han derrumbado muros y sistemas. Mediante la difusión atractiva, convincente y seductora de que es posible vivir mejor si nos conducimos de acuerdo con la práctica de virtudes morales. Se requiere, por supuesto, de una abundante generación de líderes en todos los ámbitos: en lo político, social, religioso, cultural, deportivo, educativo; que abarquen todos los campos de la actividad humana, y para ello, el compromiso de quienes estamos conscientes de esta solución, es contribuir a forjar esta nueva generación de líderes con valores de orden superior, conscientes de que no existe acción pequeña para lograrlo. Ésta es la razón por la cual se ha escrito esta obra, aportar un esfuerzo más para lograr el sueño de forjar un mundo más justo y humano.
Los valores se convierten en virtudes cuando logramos aterrizar el valor en acción. Para que la práctica del valor sea una realidad, el desafío es encontrar cómo traducir la teoría en práctica cotidiana. El contenido de esta parte se ha estructurado con metáforas, pequeños relatos inspirados en situaciones reales, producto de la observación y de anécdotas narradas, muchas de ellas, por sus propios protagonistas. Por razones obvias no citamos sus nombres para no crearles ningún tipo de compromiso, pues, así como algunos relatos ilustran virtudes, otros son ejemplo claro de los antivalores. El hombre verdaderamente inteligente aprende tanto del éxito como del fracaso. ♥︎
Miguel Ángel Cornejo y Rosado
lunes, agosto 09, 2021
¡Créalo, sí se puede ser feliz!
Una de las principales aspiraciones, por no decir la principal de todo ser humano, consiste en hallar la tan anhelada felicidad. Pero, ¿Qué es la felicidad? La felicidad tiene un diferente significado para cada persona y esto se debe a la jerarquización de los valores. Para algunos, el dinero por ejemplo, es el principal gestor de la felicidad, pues les permite gozar de ciertos bienes y privilegios que éste otorga. Pero para otros, no es el dinero el principal causante de la felicidad sino la realización de los altos ideales. Sin embargo, sea cual fuere el concepto que cada uno tenga de lo que es la felicidad, lo importante es que a la realización de estos se experimente la auténtica y duradera felicidad que es en donde debemos fijarnos y preguntarnos: ¿Cómo viven aquellos que han alcanzado lo que nosotros deseamos? Lo que sí es cierto es que una vez alcanzamos algo experimentamos por un corto tiempo la alegría de tenerlo o de haberlo alcanzado para luego comenzar a buscar tener o realizar alguna otra meta, algún otro sueño y esta es precisamente la trampa de querer hallar la felicidad a través del tener, ya que nunca seremos saciados totalmente.
Esto no significa, desde luego, que debamos dejar de tener metas o sueños, pues ellos son nuestros motivadores. Significa, más bien, que no debemos dejar que nuestra felicidad esté supeditada a logros externos a nosotros, pues si no realizamos esos sueños quedará frustrada nuestra vida. Es decir, que habremos vivido en vano. Para no permitir que esto suceda debemos más bien disfrutar el aquí y el ahora que es lo que realmente existe y sobre lo que tenemos poder.
Recordemos aquella máxima del gran pensador: la felicidad no es un punto de llegada sino una manera de viajar. No es lo que pudo ser ayer, pues el pasado ya se fue; tampoco es lo que podrá ser mañana, pues el futuro nadie nos lo garantiza. Solo nos queda entonces un tiempo que es el hoy, pero un hoy bien vivido. Que las cosas no haya sucedido en nuestra vida tal como las deseábamos no es motivo para no ser felices. Debemos contar con lo que tenemos hoy. Uno de los factores que influye enormemente en nuestra vida, o que permitimos que influya lo es el hecho de que sobrevaloramos lo que no tenemos y subvaloramos lo que tenemos. Entonces para hacer una buena jugada debemos invertir el proceso; es decir, subvalorar lo que tenemos y sobrevalorar lo que no tenemos. Esto si referenciamos nuestra felicidad con base en el tener. Si por el contrario el punto de referencia para medir nuestra felicidad está basado en el ser, entonces para ser felices lo único que necesitamos es existir, y buscar experimentar a cada instante la plenitud del ser, auténtico, sin ataduras, libre… Quienes tienen pueden ser felices si su riqueza y el cuidado de ellas no les quitan su tranquilidad y paz mental; es decir, si tienen sus riquezas y no sus riquezas los tienen a ellos. Y si pueden sin ningún trauma desprenderse de ellas. Quienes no tienen, pueden ser felices si después de satisfacer sus necesidades básicas buscan la trascendencia de su ser a través de altos y nobles ideales. O bien si detrás del querer tener conserva su tranquilidad y paz interior, no permitiendo que un suceso externo a ellos sea el que determine su felicidad.
Amigo lector, si usted hace una lista con los motivos por los cuales no puede ser feliz, de seguro encontrará muchos y tiene usted toda la razón, porque es la manera como usted observa el mundo, es su realidad, realidad que es a usted la única persona que le corresponde modificar. La felicidad, contrario a lo que muchos creen, no se da entre más tengamos, sino entre menos necesitemos.
Olvídese de las promesas comerciales para ser feliz, no existen castillos ni príncipes azules fuera de usted. Deshágase de la falsa creencia que de que será feliz cuando tenga esto o aquello, o cuando sucedan ciertas cosas en su vida. Tal vez de tanto buscarla no dé ocasión para encontrarla; porque ella está ahí, muy cerca, ¡está dentro de usted! Comprenda el hecho de que el universo no puede satisfacer los caprichos de cada ser humano, él sigue unas leyes inexorables que garantizan la libertad y el orden. Sí, usted puede ser feliz ahora, con lo que es y con lo que tiene, sólo basta querer serlo y centrarse en los regalos que cada día le da la vida.
Para
usted se levanta el Sol cada mañana; para usted canta el jilguero, para usted
salen las estrellas; para usted abre sus pétalos la rosa. Sea consciente que
nos hacemos infelices cuando despreciamos estas riquezas que son gratuitas por
ir en busca de las miserias costosas. Usted no vino para quedarse y todo lo que
le muestran los sentidos algún día pasará. Recuerde entonces siempre que la
vida le propone unas condiciones y es usted quien decide cómo vivirlas. Deje de
lado las muletas de autocompasión y láncese a disfrutar a plenitud la
maravillosa aventura que significa vivir disfrutando tanto sus éxitos como sus
derrotas. Solo así logrará alcanzarla hasta hoy esquiva felicidad. ♥︎
Revista Sembradores
La ruta de la excelencia
“Un hombre se acercó a una chimenea
y le propuso: 'si tú me das calor yo te daré leña', condición que por supuesto resulta
absurda, pues todo en la naturaleza es una causa de donde surgen los efectos.
Para lograr triunfar en la vida primero tenemos que sembrar las semillas:
aprendiendo a dar y a vivir de acuerdo con la ruta de la excelencia, la cual tiene
muchos senderos y un solo destino: la perfección."
Siga estos senderos 👇
Servicio.
Nuestra recompensa en la vida está en relación directa con el servicio que
proporcionamos a nuestros semejantes; los que solamente buscan oro cavan mucho
y hallan poco, aprovecha más el que sirve mejor.
Valor
agregado. Sea un 1% mejor todos los días en cada una de sus actividades,
adicione ese algo más que hace la diferencia. “Señor, cinco talentos me
entregaste; he aquí otros cinco talentos que he ganado sobre ellos”.
Compromiso.
Hágase indispensable siendo un ser de soluciones y no de problemas; nadie
contrata a una persona para que le cause problemas, sino para que encuentre respuestas.
Trato.
Trate a los demás como los seres más importantes sobre la faz de la tierra, “sé
con tu prójimo como lo eres contigo mismo”; muchos pueden actuar
servicialmente, rara es la persona que piensa servicialmente.
Aprendizaje.
Cuando algo falle hay que asimilar la lección y adelante, ¡ánimo!; un error
reconocido es una victoria ganada.
Crisis.
Los problemas para el ser excelente son oportunidades no resueltas; la
dirección se aprende dirigiendo y se aprende mejor en medio de obstáculos.
Acción.
El triunfador y el perdedor tienen los mismos problemas, la diferencia está en
que el primero actúa para resolverlos y el segundo procura evitarlos; es mejor
gastarse que enmohecerse.
Actitud
mental positiva. No pierda el tiempo lamentándose de sus problemas, mejor
resuélvalos; es preferible encender una vela que maldecir las tinieblas.
Capacitación.
Pregúntese todos los días cómo puede ser mejor que ayer, invierta en su
preparación. Como la tierra, por más rica que sea no puede dar frutos si no es
cultivada, la mente sin cultivo tampoco puede producir.
Preparación. Prepárese para aprovechar las oportunidades, busque la buena suerte, inevitablemente la encontrará; la fortuna siempre favorece a la mente preparada.
Superación.
Haga hoy su trabajo mejor que nunca, recuerde que siempre habrá una mejor forma
de hacer las cosas.
Reto.
Desafíe sus limitaciones y no se bloquee pensando: ¿Por qué no se puede lograr?
Sólo los audaces llegan a la cumbre.
Audacia.
Inicie cada día una aventura extraordinaria, viva intensamente cada minuto de
su existencia, atrévase a ser un triunfador.
Constancia.
Para obtener el éxito haga de cada hora de su vida un triunfo, sumará al final
de la jornada: un día de excelencia, así una semana, un mes, un año, una vida
de éxito. El éxito se alimenta del éxito.
Trabajo.
Si usted desea ganar más recuerde la más simple de las fórmulas: trabaje más y
en forma más inteligente; el éxito no sólo requiere de un mayor esfuerzo, use
los talentos que tiene, los bosques estarían solitarios si los pájaros no cantaran
en ellos.
Ascenso.
Recuerde que su jefe inmediato es su cliente, proporciónele satisfacción y él
se encargará de promoverlo. Con tiempo y trabajo se consigue lo que la fuerza y
el afán persiguen.
Honestidad.
Es el camino más digno a la riqueza, inicie siendo honrado consigo mismo, no se
auto-robe su tiempo y su desarrollo; cuando se pierde, la fe y el honor
desaparecen, entonces muere el hombre y surge la bestia.
Tiempo.
Es su mayor riqueza, inviértalo adecuadamente; siempre tendrá tiempo suficiente
si lo emplea como es debido.
Motivación. Motívese diariamente, inicie el día con una sonrisa, es la prenda más bella que podemos lucir ante los demás, empaque sus problemas en la bolsa y sonría, sonría, sonría.
Alegría. Disfrute alegremente todo lo que haga, descubra que trabajar arduamente es divertido. Es más acertado conservar intacta la capacidad de disfrutar que ganar un montón de dinero.
Plenitud.
Procure vivir plenamente, sólo el día de hoy viva como si esperara a cumplir
los 100 años, pero como si estuviera listo a morir mañana.
Objetivos.
Todos los días haga una lista de las cinco cosas más importantes que tenga que
realizar y hágalas, es la forma de dar sentido diario a nuestras vidas, es
joven a cualquier edad el que hace planes para mañana.
Misión.
Descubra cuál es su misión en la vida: en su trabajo, con sus amigos, su
pareja, su familia y su nación; piense cómo le gustaría ser recordado, si como
un pálido perfume que la más tenue brizna se llevó o como la más bella de las fragancias
con que Dios nos perfumó.
Vocación.
Decídase a ser un ser de excelencia aquí y ahora; la excelencia es un llamado
universal y el hombre es un pedazo del universo hecho vida, una vida dedicada a
la excelencia.
Fe.
Recuerde que usted se convertirá inevitablemente en lo que piensa de usted
mismo, pues lo que la mente del ser humano puede crear y creer, su corazón lo
logrará.
Trascendencia.
Usted es importante, condúzcase en todo lo que haga como lo que es: un ser
extraordinario, que su vida no sea un fugaz chispazo, sino una antorcha que
alumbre siempre.
Sueños.
Tenga un ideal en la vida, un motivo para luchar, un sueño por realizar y
tendrá una razón para vivir; descubramos nuestros sueños y vivamos para verlos,
con los dos pies sobre la tierra y con el alma en las estrellas.
Dios. Dedique un poco de tiempo todos los días a estar cerca y a solas con el Creador, es la fuente inagotable del amor, recuerde que su vida es un cuento de hadas escrito con el dedo de Dios y a usted le corresponde hacerlo realidad.
Y para terminar una fantasía...
Al estar Dios en el momento de la creación, algunos ángeles que lo observaban se le acercaron, y uno de ellos le preguntó: ¿Qué haces? Uno más lo cuestionó: ¿Por qué lo haces? Otro quiso saber: ¿Cómo lo haces? Otro más lo interrogó: ¿Cuánto cuesta hacerlo? Otro, reía y le aplaudía; finalmente se acercó un sexto ángel y le preguntó: ¿Te ayudo?
- El primero, era investigador.
- El segundo, un filosofo.
- El tercero, técnico.
- El cuarto, financiero.
- El que reía y aplaudía, era un místico.
- El que ofreció su ayuda, era un idealista.
Así, el líder del futuro y del eterno presente debe ser investigador, filosofo, técnico, financiero, místico e idealista; que sueñe con un mundo mejor, y que forme parte de una nueva generación forjadora, de una civilización de excelencia que sea más humana, generosa y justa para todos los hombres y mujeres; no importando su condición social, raza o credo, y que lleve a cabo su misión histórica con alegría, entusiasmo y entrega total con la obra que le asignó el Creador.
Deseo que logres todo lo que te hayas propuesto y que Dios permanezca por siempre en tu corazón. ♥︎
Revista Sembradores
jueves, julio 08, 2021
Los juegos de la vida
Tu concepción en el vientre de tu madre fue tu primer desafío y competencia en los juegos de la vida; superaste la fase eliminatoria, clasificáste para participar en las olimpiadas de la vida, jugaste como ningún otro jugó y mira... ¡Te coronaste campeón!
¡Lo lograste campeón! En estas olimpiadas te enfrentaste contra millones de
competidores superándolos a todos. El objetivo de la competencia consistía en
dar en el blanco y fecundar el óvulo de tu mamita… ¡Y fuiste el feliz ganador!
Por eso es bueno recordarte que un motivo para la acción
(motivación) es estar consciente de que la vida está hecha de tiempo, desde el
momento de tu nacimiento y hasta el día de tu muerte –de la cuna al sepulcro–. Tu
gran compromiso, proyecto y misión es construirte a ti mismo, es decir: al nacer eres un diamante aún en estado de carbón. Debes, entonces, empezar a tallar y pulir
la piedra bruta que tú mismo representas. Si tú lo deseas puedes transformarte, dándole forma y brillo a la piedra que eres en este momento, hasta llegar a ser el majestuoso diamante que estás destinado a ser desde el mismo instante de tu creación.
Esa es la razón por la cual estás en los juegos de la vida.
¿Aceptas el reto?
Crea, genera, produce y usa las riquezas materiales que el universo ha dispuesto en abundantes cantidades para los hijos de esta tierra. Pero también cultiva los valores y principios superiores e inmateriales, comprométete en esto, recordando en todo momento que por intangibles que sean, en ellos reside la verdadera
riqueza y se constituyen como el punto de partida para el proceso de construcción de un ser humano de orden superior.
El conocimiento consciente aleja la ignorancia y puedes,
con él, usar mejor tu libre albedrío. Toma consciencia de cómo son los juegos de
la vida y te convertirás en un líder servidor de tus semejantes, aceptando con
entusiasmo y optimismo la tarea de guiar y comunicar un mejor futuro,
sirviéndote a ti mismo, a tu familia y a tu equipo de trabajo.
Ahora ya lo sabes, hay una actividad que nadie puede realizar por ti y precisamente a eso viniste a este mundo: a jugar los juegos de la vida. A vivir tu vida y a cumplir con el compromiso de crecer y realizarte, desarrollando al máximo tu potencial creador y co-creador de experiencias y una vida de excelencia.
Se realista y humilde al actuar, no te creas
omnipotente, pues junto a todas las creaturas, eres un co-creador que
participa en la sinfonía magistral del universo. Pon en práctica la solidaridad, desarróllate personalmente, elévate a un nivel superior de desempeño y haz aportes de calidad en el grupo social al que perteneces. Haga siempre tu mejor
esfuerzo con realismo optimista.
Entonces ¡Motívate, despierta y utiliza tu poder! Pues con
tu esfuerzo consciente y persistente puedes lograr grandes realizaciones y
ser feliz, al tiempo que haces felices a tus semejantes (creadores ellos
también). Algunos quizás con un grado menor de consciencia que el tuyo, pero creadores al fin. ¡Tus
semejantes te necesitan como coequipero! ¡Tu aporte será siempre valioso, no se los
niegue! Acepta los triunfos lo mismo que las derrotas, aborda los problemas con serenidad, madurez y autocontrol, pues también forman
parte de los juegos de la vida. Pero recuerda buscar inteligente y creativamente la
oportunidad que estos traen consigo, ya que también son parte de la única
constante de la vida: el cambio indetenible desde tu nacimiento hasta tu muerte. ¡Todo es
un continuo y constante cambiar!
Tu flexibilidad y adaptabilidad siempre serán sinónimos de
juventud y posibilidad de éxito y felicidad.
Recuerda también que es tu deber fomentar y promover el cambio en ti mismo y en tu entorno para mejorar ¡Pues eres un ser humano valioso y un gran líder automotivado y comprometido! ♥︎
Revista
Sembradores
martes, junio 29, 2021
El califa
Sabiendo
que Al-Mamun solía pasear con su caballo por un determinado camino, Omah se
tendió a la orilla del mismo disfrazado de mendigo y simulando estar muy
enfermo. Al-Mamun, que era un hombre de buenos sentimientos, al ver al mendigo
sintió lástima por él, desmontó y le ofreció llevarlo a un hospital.
“Por
desgracia, –se lamentó el mendigo– llevo días sin comer y no tengo fuerza para
levantarme”. Entonces, el califa lo alzó del suelo cuidadosamente y lo montó en
el caballo, con el propósito de montar él a continuación. Pero en cuanto el
falso mendigo se vio sobre la silla, salió huyendo al galope. Al-Mamun corrió
tras de él gritándole para que se detuviera. Una vez que Omah se distanció lo
suficiente de su perseguidor, se detuvo.
—¡ESTÁ
BIEN, ME HAS ROBADO EL CABALLO!, –gritó Al-Mamun– —¡AHORA SOLO TENGO UNA COSA
QUE PEDIRTE!
—¿DE
QUÉ SE TRATA? –preguntó Omah– también a gritos.
—¡QUE
NO CUENTES A NADIE CÓMO TE HICISTE DEL CABALLO!
—¿Y
POR QUÉ NO HE DE HACERLO?
—¡PORQUE
QUIZÁS UN DÍA PUEDA HABER UN HOMBRE REALMENTE ENFERMO TENDIDO JUNTO AL CAMINO
Y, SI LA GENTE SE HA ENTERADO DE TU ENGAÑO, TAL VEZ PASEN DE LARGO Y NO LE
PRESTEN AYUDA!
Podemos ver reflejado en esta
historia el estado actual de nuestra sociedad donde se ha perdido la confianza y
aún el respeto por quienes nos rodean, porque podemos ser asaltados en nuestro
buen ánimo.
Es normal ver la indiferencia de la
gente ante las dificultades y problemas de otros, no nos inmutamos, hacemos
caso omiso y seguimos por nuestro camino. Poco a poco los valores de
convivencia y socialización se han ido perdiendo, ya sea por las exigencias
actuales del mercado que nos obligan día a día a ser más competitivos, a buscar
la excelencia y con esto el mejor desempeño en todas nuestras actividades y
terminamos viendo a los demás como un enemigo en potencia.
Otro factor importante que ha
conducido hasta esta deshumanización es la desconfianza que nos produce la
gente, todo el tiempo vemos en los noticieros los grandes fraudes, los robos
que se cometen por avaricia y minan nuestra sensibilidad y ganas por ayudar y
contribuir al mejoramiento de la sociedad por el simple hecho de no caer en uno
de esos engaños.
Es cierto que las condiciones no
son las más propicias, de hecho hace muchos años que no lo son, pero no podemos
esperar a que el ambiente sea ideal, si bien la excelencia nos ha llevado a
avanzar económica y tecnológicamente, es necesario que volvamos a cultivar los
más altos valores de convivencia como la sinceridad, el servicio, la
cooperación para seguir contribuyendo a una sociedad más humana. ♥︎