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martes, mayo 09, 2023

¡Somos Sembradores!

Toda nuestra vida, consciente o inconscientemente, transcurre en un continuo sembrar y cosechar. Todo cuanto pensamos, sentimos, decimos y hacemos se traduce —lo creamos o no; lo entendamos o no— en un acto de siembra de alcance ilimitado e insospechadas consecuencias. Todas estas acciones tienen un efecto de bumerang sobre nosotros, ¡Todas! Como la buena semilla, ninguna se queda sin germinar y una lógica sutil y misteriosa hace que cosechemos, exactamente, el fruto de todo lo que sembramos a lo largo de nuestra vida.

¡Cuánta gente se cree desafortunada porque cree que vino a esta vida solo para experimentar el sufrimiento y la infelicidad! Viven convencidos de que la vida conspira en su contra por el hecho de no conseguir una salida satisfactoria y una solución razonable a sus problemas económicos, familiares, de salud, entre otros. Algunos que se creen muy sofisticados le endosan la culpa de todos sus problemas al sistema político, a la religión, al sistema cambiario… Otros más “espirituales” culpan a Dios, no creen que él sea un Dios amoroso y justo, hay quienes van un poco más allá y hasta niegan su existencia, en fin, lo que muchas de estas personas no alcanzan a percibir es que tales efectos en su vida no son otra cosa que la cosecha de aquello que se han dedicado a sembrar.

¡Sembremos la mejor semilla!

La semilla que se esparce para que crezca la mala hierba es tan fecunda como la semilla que se cultiva para cosechar el trigo. De igual manera, en la tierra buena de la humanidad, la semilla del bien y la semilla del mal cohabitan en igualdad de condiciones para cosechar su fruto. Si queremos ser felices, sembremos la semilla de la felicidad… Si queremos ser infelices, sembremos la semilla de la infelicidad… Por esta razón, el arte de sembrar, si lo que queremos es cosechar el éxito y la excelencia tipificado en una vida plena de felicidad, amor, justicia y paz, ha de encarnar una labor profundamente concienzuda sobre la base del cultivo de los más altos y nobles valores.

Hagamos esfuerzos por cultivar en nosotros mismos solo las mejores semillas, y no conformes con esto, con el mismo interés y con la misma semilla, cultivemos también nuestro entorno. Después de todo ningún esfuerzo se pierde, al contrario, todo cuanto cultivemos en nuestro entorno redundará en cosecha abundante para nuestro propio beneficio. Todo cuanto damos a los demás nos lo estamos dando a nosotros mismos. Veámoslo de la siguiente manera:

Un agricultor, cuyo maíz siempre obtenía
el primer lugar en la feria patronal de su pueblo,

practicaba por costumbre, compartir sus mejores semillas de maíz
con los demás agricultores que habitaban en los contornos de su granja.

Cierta vez, cuando le preguntaron por qué lo hacía, dijo:
“En realidad, es por puro interés. Noten que el viento
tiene la virtud de trasladar el polen de unos campos a otros.

Por eso, si mis vecinos cultivaran un maíz de clase inferior,
la polinización rebajaría la calidad de mi maíz.

Esta es la razón por la que me interesa enormemente
que mis vecinos solo planten el mejor maíz”.

¡Emocionante historia verdad! Real o no, ella nos ilustra cómo podemos transformar nuestra realidad cuando emprendemos acciones con el propósito de influenciar positivamente nuestro entorno, nos enseña una vez más, que todo cuanto damos a los demás siempre regresa a nosotros y regresa multiplicado por diez o por cien.

Otra moraleja de esta historia es que la verdadera riqueza —aquella que nos lleva a convertirnos en personas de éxito y excelencia; a transitar los senderos inusitados de la felicidad y gozar de una vida de grandes realizaciones— no consiste en amontonar toda suerte de bienes para nuestro único beneficio. Por el contrario, radica en nuestra capacidad de ir por la vida liberados de toda actitud egoísta, compartiendo todo cuanto somos, hacemos y tenemos, con espíritu de total desprendimiento.

Esta misma historia refuerza mi creencia de que, quienes piensan que siendo más egoístas aumentan su posibilidad de ser más prósperos y en consecuencia, disfrutar de una vida feliz, están muy equivocados; no están apuntando en dirección al orinal. La razón es muy simple y es que la infelicidad humana y la pobreza, hunden sus garras en la existencia de la persona que vive gobernada por los antivalores del ego.

¡Cultivemos los altos valores!

Cuando decidimos vivir la vida con el firme propósito de cultivar los altos valores como la libertad, la justicia, la paz, la verdad, la honestidad, la solidaridad, el amor… debemos estar conscientes de que siempre vamos a tener problemas y fracasos, pero nunca uno que esté por encima de nuestras fuerzas. Por eso cuando te sientas derrotado, no pierdas la confianza en ti mismo, recuerda en todo momento que los problemas y fracasos son del tamaño de nosotros. En la vida de los sembradores no están ausentes las adversidades y los fracasos. Al contrario, estos son los ingredientes que hacen que sus vidas estén siempre llenas de nuevas expectativas y llenas de emociones. Sin el reto que nos plantea un problema, nuestra existencia sería monótona y nuestra vida carente de sentido.

La primera acción que debemos emprender en el cumplimiento de nuestro propósito, es asumir una actitud optimista ante la vida. Es cierto que vivimos en un mundo lleno de injusticias y desigualdades, pero debemos abrazarnos a nuestros valores y empezar a comportarnos como seres humanos, seres superiores, sin tantos egoísmos, envidias, y mezquindades. Debemos ser optimistas en el sentido de creer que es posible triunfar ante y a pesar de las dificultades; que es posible construir una patria y una sociedad mejores, y luego comprometernos con esa maravillosa construcción.

Cada día representa un nuevo ciclo, una nueva oportunidad para replantear, para proponer cambios y fijar nuevas metas. Cada día no significa como muchos piensan: vejez y deterioro. Un nuevo día nos brinda la opción de re-crearnos y mejorarnos.

No permitamos que cada día en que transcurre nuestra existencia pase a formar parte de un archivo muerto. Volver a efectuar las mismas cosas que el día anterior, sin introducir mejoras, es repetirlo sin darnos la oportunidad de experimentar la gracia de lo nuevo. Es perder veinticuatro horas en la universidad de la vida.

Vivamos cada día a plenitud, sin aquellos temores que ensombrecen el horizonte azul de las oportunidades.

Convirtámonos en verdaderos creyentes de lo magnificente de la vida, de nuestras capacidades para afrontar nuestros retos y salir adelante en cualquier empresa, en cualquier buen propósito. Visualicemos desde ya un futuro promisorio, con el firme propósito de convertirnos en aquello que Dios nos delegó al nacer: En hombres libres. Somos abanderados de la creación. Los seres humanos podemos hacer cosas que nos diferencian de los animales. Podemos lograr cosas maravillosas que ninguna otra criatura puede hacer. Los seres humanos concebimos nuevas ideas, hacemos planes, nos preparamos para los problemas de antemano y llevamos a cabo nuestros planes hasta completarlos. La capacidad de planificar, pensar y lograr cosas nuevas —cosas que no se han hecho antes— es una característica exclusivamente humana. Un privilegio que debemos aprender a merecer y lo merecemos cuando nos recreamos en el juego de la existencia, dominamos lo que inventamos y lo ponemos al servicio del bien. No podemos vivir esperando tiempos mejores cuando no nos proponemos nada para conseguirlos. Y es precisamente en el servicio a la vida donde el hombre triunfa sobre su naturaleza inferior, es allí donde empezamos a comprender el verdadero significado de la existencia, de la riqueza y la trascendencia.

Cada día es una oportunidad que nos regala la vida. No desperdiciemos sus segundos, sus minutos, sus horas, fijémonos nobles objetivos, creamos en nuestros sueños y en esa fuerza interior que Dios nos da en cada amanecer. Pongamos en derrota al miedo, a la pereza, a la indecisión. Aceptemos el don de cada día con fe, alegría y optimismo.

Hoy es un nuevo día para agradecer, servir y crecer. Agradecer a Dios por permitirnos despertar y ver la luz de la vida; servir a los hombres para mejorar la existencia y la calidad de vida; y crecer para que nuestra vida sea llena de éxitos y grandes realizaciones.

Hoy es un nuevo día para vivir cultivando los altos valores, porque todos ¡Somos Sembradores!

Revista Sembradores

domingo, abril 23, 2023

La vida florece en cada amanecer


La vida florece en cada amanecer y se desvanece en cada atardecer. Cada día es una oportunidad para apreciar la belleza de nuestra existencia, para aprender algo nuevo, para hacer algo positivo por los demás y por nosotros mismos. La vida es un regalo y cada momento es una joya preciosa que debemos atesorar. A veces, las dificultades que enfrentamos en el camino pueden hacer que perdamos de vista lo valioso de la vida, pero debemos recordar que estos momentos difíciles también contribuyen a nuestro crecimiento personal y nos ayudan a ser más fuertes y resilientes.

La vida puede ser imprescindible y a veces dolorosa, pero es importante encontrar la belleza en los pequeños momentos y celebrar las pequeñas victorias. A medida que avanzamos en nuestro camino, debemos ser amables y pacientes con nosotros mismos y con los demás. Cada uno tiene su propio ritmo y su propia trayectoria, y es importante respetar eso.

En resumen, la vida florece en cada amanecer, y es nuestra responsabilidad vivirla al máximo y hacer lo que podamos para contribuir positivamente al mundo que nos rodea. Busquemos la belleza en la cotidianidad, celebremos nuestras victorias y seamos amables con nosotros mismos y con los demás.

Revista Sembradores

sábado, agosto 28, 2021

Un día pasarás


La vida es un lento o rápido, breve o largo, pero seguro pasar.  Muchos han pasado antes de ti; tú también un día pasarás. La vida es una copa vacía que cada uno debe llenar; es una ocasión de vivir experiencias.  Llénala de todo lo bello y satisfactorio que puedas vivir.

Disfruta cada momento, vive intensamente, ama sin medida y sé feliz. Aprende de tus errores, lucha por tus sueños y nunca te rindas ante los obstáculos. Deja una huella en el mundo antes de partir. ¡Vive con pasión y deja una historia digna de ser contada!

Revista Sembradores 

viernes, julio 02, 2021

Solo por hoy

Solo por hoy…

…seré feliz. La felicidad reside y se manifiesta desde mi interior; no es un acontecimiento externo.

…me ajustaré a lo que es y no trataré de ajustar todas las cosas a mis propios deseos. Aceptaré mi familia, mis negocios y suerte como son y procuraré encajar en todo ello.

…cuidaré de mi organismo, lo ejercitaré, lo alimentaré, no abusaré de él ni lo abandonaré, de tal forma que será una perfecta máquina para mis cosas.

…fortaleceré mi espíritu. Aprenderé algo útil. No seré un haragán mental. Leeré algo que requiera de mí: esfuerzo, meditación y concentración.

…ejercitaré mi alma de tres modos. Haré a alguien algún bien sin que él o ella lo descubra. Haré dos cosas que no me agrade hacer, tan solo –como lo dice William James– por ejercitarme.

…seré agradable. Tendré el mejor aspecto que pueda, me vestiré con la mayor corrección a mi alcance, hablaré en voz baja, me mostraré cortés, seré generoso en la alabanza, no criticaré a nadie, no buscaré defectos en nada, y no dirigiré ni enmendaré la plana de mi prójimo.

…viviré únicamente este día, sin abordar a la vez todo el problema de la vida, puedo hacer en doce horas cosas que me espantarían si tuviera que mantenerlas durante una vida eterna.

…tendré un programa. Consignaré por escrito lo que espero hacer cada hora. Cabe que no siga exactamente el programa, pero lo tendré. Eliminaré dos plagas: la prisa y la indecisión.

…tendré media hora tranquila de soledad y descanso. En esta media hora pensaré a veces en Dios, a fin de conseguir una mayor perspectiva de mi vida.

…no tendré miedo y,  especialmente, miedo de ser feliz, de disfrutar de lo bello, de amar y de creer que las cosas y las personas que amo me aman.

Solo por hoy, porque el hoy bien vivido sana la herida del ayer, y hace del mañana una visión de esperanza. ♥︎

lunes, julio 29, 2019

Gozar la vida



Deja que te cuente un poco
Yo sé que te va a gustar
He nacido tantas veces
No me quiero morir más.

Me he salvado en tantas guerras
Me he cansado de llorar
Y ahora que ya estoy de vuelta
Quiero vivir más.

Unos nacen con todo, y otros
Casi sin na' pero todos llevamos un ticket que dice
Principio y final, caballero.

Caballero, hay que gozar la vida
Que de pronto el tiempo se te va
Disfruta lo que tienes
Que cuando te vayas, no te llevas na' caballero.

Caballero, hay que gozar la vida
Que de pronto el tiempo se te va
Disfruta lo que tienes
Que cuando te vayas, no te llevas na'.

Hay amigos pa' siempre, y otros vienen y van
Pero todos vivimos en una ruleta
Que no para mas, caballero.

Camina pa' lante, no le tengas miedo
Que los que critican se critican ellos
Y busca tu suerte
Que nada esta escrito, no mires atrás.

Caballero, gozate la vida
Caballero no lo pienses más
Y vive lo que puedas
Caballero goza, vive hasta el final.


Julio Iglesias