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lunes, mayo 15, 2023

La Fábula del Ratón Intrépido: Descubre el Poder de la Armonía Interior para Conquistar tus Miedos y Alcanzar el Éxito

Adéntrate en los misterios de la antigua India a través de una fábula cautivadora que desvela la historia de un ratón sumido en una angustia constante, temeroso del implacable gato. Esta narración nos sumerge en un universo simbólico donde la magia y la sabiduría se entrelazan para ayudar al protagonista a superar sus temores más profundos. A través de esta fascinante fábula, se revela una valiosa enseñanza acerca de la importancia de la armonía interior para alcanzar la anhelada paz y felicidad en nuestras vidas.

Había una vez, en los misteriosos rincones de la antigua India, un ratón que vivía en constante angustia, presa de un temor insidioso hacia el temible gato. Pero en este relato cautivador, el destino se enreda con el encanto de la magia, y un sabio hechicero, conmovido por la tristeza del pequeño roedor, decide intervenir en su vida.

El mago, con su mirada enigmática y poderes insondables, transforma al ratón en un majestuoso felino, confiriéndole fuerza y ​​astucia propias de un gato. No obstante, el destino caprichoso y los miedos profundos no cesaron, pues el ahora felino se encontró atormentado por el temor al perro. Y así, el mago, con un gesto de compasión, transformó al gato en un canino ágil y protector, dotándolo de una nueva forma y nuevas habilidades. Pero el miedo persistió, esta vez hacia la imponente pantera, sumiendo al protagonista en una vorágine de temor una vez más.

Desesperado por encontrar una solución, el mago, con su sabiduría inigualable, decidió convertir al asustadizo animal en una pantera, dotándolo de ferocidad y destreza en igual medida. Sin embargo, el pobre ser viviente, ahora convertido en pantera, cayó presa del pavoroso cazador, que acechaba en las sombras. En ese momento, el mago, desalentado pero sabio, se rindió y devolvió al animal a su forma original, al pequeño ratón, pronunciando estas palabras cargadas de sabiduría:

"Nada de lo que haga por ti podrá ayudarte, pues en tu interior siempre albergarás el corazón de un ratón".

Esta fábula, en su esplendorosa simplicidad, revela una profunda verdad que refleja la condición humana. En nuestras vidas, por más que se presenten nuevas y prometedoras oportunidades, con frecuencia nos encontramos atormentados por temores, buscando cualquier pretexto para socavar nuestra propia felicidad. No obstante, la auténtica transformación yace en nuestra armonía interna, en la capacidad de dominar nuestros miedos y encontrar paz en nuestro ser.

La fábula nos invita a adentrarnos en la profundidad de nuestro ser y descubrir cómo vencer nuestros propios miedos en pos del éxito anhelado. En este viaje interior, es esencial nutrir nuestra alma con valentía y perseverancia, cultivando una mentalidad intrépida que desafíe los límites impuestos por el temor. Aunque los miedos sean parte inherente de nuestra existencia, no deben tener el poder de controlarnos o restringirnos. De esta forma, nos armamos con el poder del autoconocimiento y la confianza en nosotros mismos para enfrentar los obstáculos que se interponen en nuestro camino. Además, es imperativo saborear cada etapa del viaje hacia nuestras metas, apreciando los aprendizajes y floreciendo a través de las experiencias que nos brinda la vida. Con el coraje como aliado y una determinación incansable, nos convertimos en conquistadores de nuestros propios miedos, abriendo las puertas al éxito que anhelamos.

Revista Sembradores

miércoles, mayo 03, 2023

Actitud Mental Positiva: Cómo cultivar una perspectiva optimista ante los desafíos de la vida

La vida puede ser dura, eso es indudable. A menudo nos encontramos enfrentando desafíos, situaciones complicadas y decisiones difíciles. En momentos así, es fácil caer en una espiral de negatividad, dejándonos arrastrar por el pesimismo y la tristeza. Sin embargo, existe una filosofía que nos invita a mirar las cosas de manera diferente: la Actitud Mental Positiva.

La Actitud Mental Positiva es una forma de vida que se basa en la creencia de que el pensamiento positivo puede influir en nuestras emociones, acciones y resultados. Esta mentalidad nos permite enfrentar los desafíos de la vida de manera constructiva, enfocándonos en las soluciones en lugar de los problemas. En otras palabras, se trata de cultivar una perspectiva optimista y proactiva.

Pero, ¿Cómo podemos desarrollar una Actitud Mental Positiva? A continuación, te compartimos algunas ideas que te pueden ayudar:

  1. Practica la gratitud: Una forma sencilla de cultivar una actitud positiva es agradeciendo por lo que tienes. En lugar de enfocarte en lo que no tienes, haz una lista de todo lo que te hace feliz y agradecido. Puede ser algo tan simple como el hecho de estar vivo, tener un techo sobre tu cabeza o una persona que te ama.

  2. Encuentra el lado positivo: En momentos difíciles, es fácil caer en la negatividad y el pesimismo. Sin embargo, intenta enfocarte en lo que puedes aprender de la situación y cómo puedes crecer a partir de ella. Si algo no salió como esperabas, pregúntate qué puedes hacer para mejorar la próxima vez.

  3. Visualiza tus objetivos: En lugar de preocuparte por lo que no has logrado todavía, visualiza tus objetivos y piensa en cómo puedes alcanzarlos. Imagínate ya habiendo alcanzado lo que deseas, y piensa en cómo te sentirías en ese momento. Esta práctica te ayudará a enfocarte en el futuro y en las soluciones.

  4. Rodéate de personas positivas: Las personas que nos rodean pueden tener una gran influencia en nuestro estado de ánimo. Si quieres cultivar una actitud positiva, rodéate de personas que te apoyen y te animen. Busca amigos que te inspiren a ser mejor y que te ayuden a ver el lado positivo de las cosas.

  5. Practica la resiliencia: La resiliencia es la capacidad de superar los desafíos y adaptarse a las circunstancias cambiantes. Si quieres cultivar una Actitud Mental Positiva, es importante que aprendas a ser más resiliente. Esto significa ser flexible, estar abiertos al cambio y encontrar soluciones creativas a los problemas.

Al desarrollar una Actitud Mental Positiva, no solo estarás más preparado para enfrentar los desafíos de la vida, sino que también te sentirás más feliz y satisfecho. La mentalidad positiva te ayudará a encontrar el lado positivo de las cosas, a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida y a mantener la motivación y la energía para lograr tus objetivos.

En conclusión, la Actitud Mental Positiva es una filosofía de vida que nos invita a ver las cosas de manera diferente. Al cultivar una perspectiva optimista, podemos aprender a enfrentar los desafíos con una actitud constructiva, enfocándonos en las soluciones en lugar de los problemas. Además, nos permite apreciar las cosas buenas que tenemos en la vida y agradecer por ellas.

La mentalidad positiva no es algo que se logre de la noche a la mañana, sino que requiere práctica y esfuerzo. Requiere que seamos conscientes de nuestros pensamientos y emociones y que trabajemos en transformarlos en pensamientos más constructivos y positivos.

Puede ser difícil mantener una actitud positiva todo el tiempo, especialmente cuando enfrentamos situaciones realmente desafiantes. Sin embargo, si practicamos la gratitud, nos rodeamos de personas positivas, visualizamos nuestros objetivos, y somos resistentes, podemos mejorar nuestra perspectiva y actitud ante la vida.

En definitiva, la Actitud Mental Positiva nos invita a ver las cosas de manera diferente y a enfocarnos en lo que sí podemos hacer. Al hacerlo, podemos sentirnos más felices, motivados y capaces de enfrentar los desafíos que la vida nos presenta. Siempre es posible encontrar algo positivo en cada situación, por muy difícil que parezca. Al enfocarnos en lo positivo y mantener una mentalidad constructiva, podemos crear una vida más satisfactoria y feliz.

Revista Sembradores

martes, mayo 02, 2023

Encendiendo la chispa: La importancia de la motivación en la búsqueda del éxito y la felicidad

La motivación es una llama ardiente que arde en el corazón de todo aquel que busca alcanzar sus objetivos y aspiraciones más elevados. Es la fuerza impulsora que nos hace levantarnos cada mañana con un sentido de propósito y determinación, listos para enfrentar cualquier desafío que se nos presente.

La motivación puede tomar muchas formas y tamaños, desde el deseo de alcanzar el éxito en el ámbito profesional hasta el anhelo de alcanzar la felicidad en nuestras relaciones personales. Pero en el fondo, todas las formas de motivación tienen una cosa en común: son una manifestación del deseo humano de superar los obstáculos y alcanzar nuestra verdadera grandeza.

Es fácil sentirse desanimado en la vida. Los tiempos difíciles, la falta de recursos y la sensación de que estamos luchando solos contra el mundo pueden erosionar nuestra confianza y agotar nuestra determinación. Pero es precisamente en esos momentos en los que la motivación se vuelve aún más importante, sirviendo como un faro que nos guía en medio de la tormenta y nos recuerda que nuestras luchas y esfuerzos son importantes y valiosos.

Para encontrar esa motivación, a menudo debemos mirar hacia nuestro interior, hacia las profundidades de nuestras almas y conectar con nuestras pasiones y propósitos más profundos. Tal vez seamos motivados por el deseo de hacer una diferencia en el mundo, de inspirar a otros a alcanzar sus metas, o de crear algo hermoso y duradero que perdure mucho después de que hayamos partido. Cualquiera que sea la fuente de nuestra motivación, es importante que nos conectemos con ella y la mantengamos en el centro de nuestras vidas, para que podamos perseverar en los momentos difíciles y seguir avanzando hacia nuestros objetivos.

La motivación también puede ser encontrada en las relaciones humanas. El amor y el apoyo de los seres queridos pueden ser una fuente poderosa de energía y optimismo, infundiendo nuestra vida con una sensación de propósito y significado. Las relaciones también pueden proporcionar un sentido de comunidad y conexión, haciéndonos sentir parte de algo más grande que nosotros mismos y dando sentido a nuestras luchas y esfuerzos.

Pero la motivación también puede ser encontrada en lugares menos obvios. Una puesta de sol impresionante, una melodía conmovedora, una buena conversación con un extraño -todos estos pueden despertar nuestro sentido de asombro y maravilla, inspirándonos a buscar algo más grande y más significativo que nosotros mismos. Es importante que estemos abiertos a estos momentos de inspiración y que los aprovechemos para nutrir nuestra motivación y mantenernos enfocados en nuestros objetivos.

La motivación es también una actitud, una forma de ver el mundo que nos rodea y encontrar significado en nuestra vida cotidiana. Puede ser encontrada en la forma en que abordamos nuestras tareas diarias, desde la manera en que nos preparamos para el trabajo hasta la forma en que interactuamos con nuestros compañeros de trabajo y amigos. Una actitud motivada nos permite ver la vida como una aventura emocionante, llena de oportunidades para crecer y aprender, y nos permite abrazar los desafíos y las dificultades con un espíritu de determinación y resiliencia.

Pero a veces, incluso con toda la determinación y actitud positiva del mundo, puede ser difícil encontrar la motivación necesaria para seguir adelante. En esos momentos, es importante recordar que la motivación no siempre surge de manera espontánea y que a menudo debemos trabajar para cultivarla y nutrirla.

Una forma de hacerlo es establecer objetivos claros y realistas para nosotros mismos, dividirlos en pasos manejables y celebrar nuestros logros a lo largo del camino. También es importante mantener una mentalidad de crecimiento, reconociendo que el fracaso y las dificultades son parte natural del camino hacia el éxito y que siempre hay oportunidades para aprender y mejorar.

Además, rodearnos de personas positivas y motivadas puede tener un efecto contagioso en nosotros, impulsándonos hacia adelante y animándonos en los momentos de dificultad. Asistir a conferencias y eventos inspiradores, leer libros motivadores y escuchar podcasts y videos motivacionales también pueden ayudarnos a mantener nuestra motivación en alza.

Pero al final, la motivación es una fuerza interna que reside en cada uno de nosotros, una chispa de energía y determinación que puede ser encendida en cualquier momento y en cualquier lugar. Siempre podemos encontrar motivación en las cosas simples de la vida, como un hermoso paisaje, una buena comida, un momento de risa con amigos o un logro personal, y podemos utilizar esa motivación para impulsarnos hacia adelante y alcanzar nuestras metas y sueños.

La motivación es una fuerza poderosa que impulsa a las personas a perseguir sus objetivos y aspiraciones más elevados, a pesar de los desafíos y obstáculos que se les presenten. Puede tomar muchas formas y tamaños, y puede ser encontrada en lugares tanto internos como externos. Pero al final, la motivación reside en nosotros mismos y puede ser encendida y alimentada con esfuerzo y determinación. Al abrazar nuestra motivación y mantenerla en el centro de nuestras vidas, podemos alcanzar nuestros objetivos y sueños más grandes, y encontrar la felicidad y el éxito que buscamos.

Revista Sembradores

lunes, agosto 09, 2021

¡Créalo, sí se puede ser feliz!

Una de las principales aspiraciones, por no decir la principal de todo ser humano, consiste en hallar la tan anhelada felicidad. Pero, ¿Qué es la felicidad? La felicidad tiene un diferente significado para cada persona y esto se debe a la jerarquización de los valores. Para algunos, el dinero por ejemplo, es el principal gestor de la felicidad, pues les permite gozar de ciertos bienes y privilegios que éste otorga. Pero para otros, no es el dinero el principal causante de la felicidad sino la realización de los altos ideales. Sin embargo, sea cual fuere el concepto que cada uno tenga de lo que es la felicidad, lo importante es que a la realización de estos se experimente la auténtica y duradera felicidad que es en donde debemos fijarnos y preguntarnos: ¿Cómo viven aquellos que han alcanzado lo que nosotros deseamos? Lo que sí es cierto es que una vez alcanzamos algo experimentamos por un corto tiempo la alegría de tenerlo o de haberlo alcanzado para luego comenzar a buscar tener o realizar alguna otra meta, algún otro sueño y esta es precisamente la trampa de querer hallar la felicidad a través del tener, ya que nunca seremos saciados totalmente.

Esto no significa, desde luego, que debamos dejar de tener metas o sueños, pues ellos son nuestros motivadores. Significa, más bien, que no debemos dejar que nuestra felicidad esté supeditada a logros externos a nosotros, pues si no realizamos esos sueños quedará frustrada nuestra vida. Es decir, que habremos vivido en vano. Para no permitir que esto suceda debemos más bien disfrutar el aquí y el ahora que es lo que realmente existe y sobre lo que tenemos poder.

Recordemos aquella máxima del gran pensador: la felicidad no es un punto de llegada sino una manera de viajar. No es lo que pudo ser ayer, pues el pasado ya se fue; tampoco es lo que podrá ser mañana, pues el futuro nadie nos lo garantiza. Solo nos queda entonces un tiempo que es el hoy, pero un hoy bien vivido. Que las cosas no haya sucedido en nuestra vida tal como las deseábamos no es motivo para no ser felices. Debemos contar con lo que tenemos hoy. Uno de los factores que influye enormemente en nuestra vida, o que permitimos que influya lo es el hecho de que sobrevaloramos lo que no tenemos y subvaloramos lo que tenemos. Entonces para hacer una buena jugada debemos invertir el proceso; es decir, subvalorar lo que tenemos y sobrevalorar lo que no tenemos. Esto si referenciamos nuestra felicidad con base en el tener. Si por el contrario el punto de referencia para medir nuestra felicidad está basado en el ser, entonces para ser felices lo único que necesitamos es existir, y buscar experimentar a cada instante la plenitud del ser, auténtico, sin ataduras, libre… Quienes tienen pueden ser felices si su riqueza y el cuidado de ellas no les quitan su tranquilidad y paz mental; es decir, si tienen sus riquezas y no sus riquezas los tienen a ellos. Y si pueden sin ningún trauma desprenderse de ellas. Quienes no tienen, pueden ser felices si después de satisfacer sus necesidades básicas buscan la trascendencia de su ser a través de altos y nobles ideales. O bien si detrás del querer tener conserva su tranquilidad y paz interior, no permitiendo que un suceso externo a ellos sea el que determine su felicidad.

Amigo lector, si usted hace una lista con los motivos por los cuales no puede ser feliz, de seguro encontrará muchos y tiene usted toda la razón, porque es la manera como usted observa el mundo, es su realidad, realidad que es a usted la única persona que le corresponde modificar. La felicidad, contrario a lo que muchos creen, no se da entre más tengamos, sino entre menos necesitemos.

Olvídese de las promesas comerciales para ser feliz, no existen castillos ni príncipes azules fuera de usted. Deshágase de la falsa creencia que de que será feliz cuando tenga esto o aquello, o cuando sucedan ciertas cosas en su vida. Tal vez de tanto buscarla no dé ocasión para encontrarla; porque ella está ahí, muy cerca, ¡está dentro de usted! Comprenda el hecho de que el universo no puede satisfacer los caprichos de cada ser humano, él sigue unas leyes inexorables que garantizan la libertad y el orden. Sí, usted puede ser feliz ahora, con lo que es y con lo que tiene, sólo basta querer serlo y centrarse en los regalos que cada día le da la vida.

Para usted se levanta el Sol cada mañana; para usted canta el jilguero, para usted salen las estrellas; para usted abre sus pétalos la rosa. Sea consciente que nos hacemos infelices cuando despreciamos estas riquezas que son gratuitas por ir en busca de las miserias costosas. Usted no vino para quedarse y todo lo que le muestran los sentidos algún día pasará. Recuerde entonces siempre que la vida le propone unas condiciones y es usted quien decide cómo vivirlas. Deje de lado las muletas de autocompasión y láncese a disfrutar a plenitud la maravillosa aventura que significa vivir disfrutando tanto sus éxitos como sus derrotas. Solo así logrará alcanzarla hasta hoy esquiva felicidad. ♥︎

Revista Sembradores

jueves, julio 08, 2021

El círculo del 99

Había una vez un rey muy triste que tenía un sirviente que era muy feliz. Todas las mañanas llegaba a traer el desayuno y despertaba al rey cantando y tarareando alegres canciones de juglares. Una sonrisa se dibujaba en su distendida cara y su actitud para con la vida era siempre serena y alegre. Un día el rey lo mandó a llamar.

—Paje –le dijo- ¿Cuál es el secreto?

—¿Qué secreto, Majestad?

—¿Cuál es el secreto de tu alegría?

—No hay ningún secreto, Alteza.

—No me mientas, paje. He mandado a cortar cabezas por ofensas menores que una mentira.

—No le miento Alteza, no guardo ningún secreto.

—¿Por qué estas siempre alegre y feliz? Eh, ¿Por qué?

—Majestad, no tengo razones para estar triste. Su Alteza me honra permitiéndome atenderlo. Tengo mi esposa y mis hijos viviendo en la casa que la Corte nos ha asignado, somos vestidos y alimentados, y además su Alteza me premia de vez en cuando con algunas monedas para darnos algunos gustos, ¿Cómo no estar feliz?

—Si no me dices ya mismo el secreto, te haré decapitar, dijo el rey. Nadie puede ser feliz por esas razones que has dado.

—Pero Majestad, no hay secreto. Nada me gustaría más que complacerlo, pero no hay nada que yo esté ocultando…

—Vete, ¡vete antes de que llame al verdugo!

El sirviente sonrió, hizo una reverencia y salió de la habitación. El rey estaba como loco. No consiguió explicarse cómo el paje estaba feliz viviendo de prestado, usando ropa usada y alimentándose de las sobras de los cortesanos. Cuando se calmó, llamó al más sabio de sus asesores y le contó su conversación de la mañana.

—¿Por qué él es feliz?

—Ah, Majestad, lo que sucede es que él está afuera de su círculo.

—¿Fuera del círculo?

—Así es.

—¿Y eso es lo que lo hace feliz?

—No Majestad, eso es lo que no lo hace infeliz.

—A ver si entiendo, ¿estar en el círculo te hace infeliz?

—Así es.

—¿Y cómo se salió?

—Nunca entró Su Majestad.

—¿Qué círculo es ese?

—El círculo del 99

—Verdaderamente, no te entiendo nada.

—La única manera para que entendieras, sería mostrártelo en los hechos.

—¿Cómo?

—Haciendo entrar a tu paje en el círculo.

—¡Eso! obliguémoslo a entrar.

—No, Alteza, nadie puede obligar a nadie a entrar en el círculo.

—Entonces habrá que engañarlo.

—No hace falta, Su Majestad. Si le damos la oportunidad, él entrará solito.

—¿Solito? ¿Pero él no se dará cuenta de que eso es su infelicidad?

—Si se dará cuenta.

—¡Entonces no entrará!

—No lo podrá evitar.

—¿Dices que él se dará cuenta de la infelicidad que le causará entrar en ese ridículo círculo, y de todos modos entrará en él y no podrá salir?

—Tal cual Majestad; estás dispuesto a perder un excelente sirviente para poder entender la estructura del círculo?

—Sí.

—Bien, esta noche te pasaré a buscar. Debes tener preparada una bolsa de cuero con 99 monedas de oro, ni una más ni una menos.

—¡99! ¿Qué más? ¿Llevo los guardias por si acaso?

—Nada más que la bolsa de cuero. Majestad, hasta la noche.

Así fue. Esa noche, el sabio pasó a buscar al rey. Juntos se escurrieron hasta los patios del palacio y se ocultaron, junto a la casa del paje. Allí esperaron el alba. Cuando dentro de la casa se encendió la primera vela, el hombre sabio agarró la bolsa y le pichó un papel que decía:

“Este tesoro es tuyo. Es el premio por ser un buen hombre. Disfrútalo y no cuentes a nadie como lo encontraste”.

Cuando el paje salió, el sabio y el rey espiaban, para ver lo que sucedía. El sirviente vio la bolsa, leyó el papel, agitó la bolsa y al escuchar el sonido metálico se estremeció, apretó la bolsa contra el pecho, miró hacia todos lados y cerró la puerta.

El rey y el sabio se arrimaron a la ventana para ver la escena. El sirviente había tirado todo lo que había en la bolsa sobre la mesa y dejado solo la vela. Se había sentado y había vaciado el contenido en la mesa. Sus ojos no podían creer lo que veían. ¡Era una montaña de monedas de oro! Él, que nunca había tocado una de esas monedas, tenía hoy una montaña de ellas para él. El paje las tocaba y amontonaba, las acariciaba y hacía brillar la luz de la vela sobre ellas. Las juntaba y desparramaba, hacía pilas de monedas. Así, jugando y jugando empezó a hacer pilas de 10 monedas. Una pila de diez, dos pilas de diez, tres pilas, cuatro, cinco… y mientras sumaba 10, 20, 30, 40, 50, 60… hasta que formó la última pila: ¡9 monedas! Su mirada recorrió la mesa primero, buscando una moneda más; luego en el piso y finalmente en la bolsa.

—No puede ser, pensó.

Puso la última pila al lado de las otras y confirmó que era más baja.

—Me robaron –gritó-, me robaron, ¡malditos!

Una vez más buscó en la mesa, en el piso, en la bolsa, en sus ropas, sus bolsillos, corrió los muebles, pero no encontró lo que buscaba. Sobre la mesa, como burlándose de él, una montañita resplandeciente le recordaba que había 99 monedas de oro, “sólo 99”.

—99 monedas. Es mucho dinero, pensó. Pero me falta una moneda. Noventa y nueve no es un número completo –pensaba-, Cien es un número completo pero noventa y nueve, no.

El rey y su asesor miraban por la ventana. La cara del paje ya no era la misma, estaba con el ceño fruncido y los rasgos tiesos, los ojos se habían vuelto pequeños y arrugados y la boca mostraba un horrible rictus. El sirviente guardó las monedas en la bolsa y mirando para todos lados para ver si alguien de la casa lo veía, escondió la bolsa entre la leña. Tomó papel y pluma y se sentó a hacer cálculos.

¿Cuánto tiempo tendría que ahorrar el sirviente para comprar su moneda número cien?

Todo el tiempo hablaba solo, en voz alta. Estaba dispuesto a trabajar duro hasta conseguirla.

Después, quizás no necesitara trabajar más. Con cien monedas de oro, un hombre puede dejar de trabajar. Con cien monedas de oro un hombre es rico. Con cien monedas se puede vivir tranquilo.

Sacó el cálculo. Si trabajaba y ahorraba su salario y algún dinero extra que recibía, en once o doce años juntaría lo necesario.

Sacó las cuentas: sumando su trabajo en el pueblo y el de su esposa, en siete años reuniría el dinero. ¡Era demasiado tiempo! Quizás pudiera llevar al pueblo lo que quedaba de comidas todas las noches y venderlo por unas monedas. De hecho, cuanto menos comieran, más comida habría para vender… Vender… Vender… Estaba haciendo calor. ¿Para qué tanta ropa de invierno, para qué más de un par de zapatos? Era un sacrificio, pero en cuatro años de sacrificios llegaría a su moneda cien.

El rey y el sabio volvieron al palacio. El paje había entrado en el círculo del 99…

Durante los siguientes meses, el sirviente siguió sus planes tal como se le ocurrieron aquella noche. Una mañana, el paje entró a la alcoba real golpeando las puertas, refunfuñando de malas pulgas.

—¿Qué te pasa?, preguntó el rey de buen modo.

—Nada me pasa, nada me pasa.

—Antes, no hace mucho, reías y cantabas todo el tiempo.

—Hago mi trabajo, ¿no? ¿Qué querría su Alteza, que fuera su bufón y su juglar también?

No pasó mucho tiempo antes de que el rey despidiera al sirviente. No era agradable tener un paje que estuviera siempre de mal humor.

Ustedes y yo y todos alrededor hemos sido educados en esta psicología: siempre nos falta algo para estar completos, y sólo completos se puede gozar de lo que se tiene. Por lo tanto, nos enseñaron que la felicidad deberá esperar hasta completar lo que falta. Y como siempre nos falta algo, la idea retoma el comienzo y nunca se puede gozar de la vida. Pero, qué pasaría si la iluminación llegara a nuestras vidas y nos diéramos cuenta, así, de golpe, que nuestras 99 monedas son el cien por ciento del tesoro, que no nos falta nada, que nadie se quedó con lo nuestro, que nada tiene de más redondo cien que noventa y nueve, que todo es sólo una trampa, una zanahoria puesta frente a nosotros para que seamos tontos, para que jalemos del carro, cansados, malhumorados, infelices o resignados. Una trampa para que nunca dejemos de empujar y que todo siga igual… ¡eternamente igual!

Cuantas cosas cambiarían si pudiéramos disfrutar de nuestros tesoros tal como están.

Sé un promotor de los valores… Si nosotros no hacemos algo por cambiar nuestro entorno… ¿Quién lo hará…? ¿Qué sociedad le quieres heredar a tus hijos…? ¿Qué hijos le piensas dar a la sociedad?. ♥︎

Revista Sembradores

lunes, julio 05, 2021

MI PAREJA: un encuentro conmigo

¿Estás siendo infeliz en la relación de pareja?

Entonces, si es así revisemos qué pasa, pero empezaremos por revisar que pasa contigo, no con el otro. Porque una de las posturas que más agranda el conflicto es cuando creemos que el problema es ese otro.

La pareja realmente no tiene la posibilidad de hacerte infeliz. Ten presente que no importa lo que esté sucediendo, siempre obsérvate y revisa qué hay dentro de ti que genera esa situación. Porque, fíjate que es común observar a uno de los miembros de la pareja pidiéndole al otro un comportamiento adecuado para poder ser feliz, y cuanto más le exigimos a nuestra pareja conductas adecuadas, más revelamos nuestros vacíos como hijos. A veces esto es sorprendente y algunas personas dicen: "pero, ¿qué tiene que ver mi experiencia de hijo con mi actualidad en la pareja?" Y la verdad es que esos vacíos que tuvimos en nuestra familia nuclear inciden directamente en nuestra relación de pareja. En estos momentos podríamos recordar cuando por ejemplo sentías: “¡Mamá o Papá, no me dejes!” o “No me señalen de todo…” o cuando sentimos: “No es justo que prefieran más a mi hermano que a mí” o cuando sentíamos ante nuestros padres: “Mamá o Papá ¡nunca sabrán cuánto hice para ganarme su amor! o en el caso: “Mi papá prefirió a otra mujer más que a mi mamá y cuánto tuve que defender a mi madre de mi padre…” ¿Sabes algo?, todas estas historias y muchas más que no alcanzo a mencionarte nos vuelven a sorprender en nuestra relación de pareja, y casi son las mismas frases que hoy le repetimos: un “no me dejes, valórame, valora lo que he hecho por ti, no me cambies por nadie…”

Es bueno que sepan que en muchos casos la pareja viene a detonar todas aquellas historias ocultas, no importa cuánto quieras ocultar tu pasado o cuanto quieras obviarlo, la pareja viene a mostrar todo esto que en nosotros no ha sido resuelto. Esto me permite decirte que la infelicidad en tu relación de pareja pertenece al mundo de tus expectativas.

Hay personas que se consiguen a una pareja y creen que se encontraron con el remedio de todos sus males, al punto que se olvidan de su familia sin saber que SIN PADRES NO HAY PAREJA. Esto quiere decir que un vacío de papá, por ejemplo, para un hombre, pone en riesgo su habilidad para ser hombre de su mujer. Un hombre que rechaza las conductas de su padre está propenso a repetirlo, o una hija herida en su relación con la madre luchará mucho para mantener una relación de pareja, y frecuentemente vemos que toda hija herida de la madre será una esposa herida por su hombre. Así es que cuando renuncian a la familia por la pareja entonces convierten a la pareja en el eje de sus vidas, y esto es porque renunciamos a la responsabilidad que tenemos con nosotros mismos de seguir siendo nosotros y de velar por nuestras propias necesidades, esto sin llegar a suponer el peso en el que nos convertimos para nuestra pareja cuando comenzamos con un “ayúdame, atiéndeme, acompáñame…” y la pareja no está diseñada para resolver en nosotros este tipo de necesidades.

Aquí quiero hacer un paréntesis para recordarte que la felicidad viene de sentirnos en sintonía con la vida, y si preguntas como es estar en sintonía con la vida, debes saber que estar en sintonía también es amar todo tal cual es; que cuando descubres la utilidad de lo imperfecto entras en un respeto por lo que pasa. La vida es un gozo y cuando experimentas esa plenitud es cuando le puedes decir a tu pareja: “conozco la felicidad que viene de mí y esa es la felicidad que quiero compartir contigo, no la que vengo a exigirte,” porque el que exige en la pareja es nuestro niño interno herido; es el que reclama, el que grita, el que golpea.

De alguna manera, con todo esto, te estoy invitando a que aproveches las situaciones difíciles en tu relación de pareja para ocuparte de ti para sanarte, para que puedas hacer que tu gran conflicto de pareja se convierta en tu gran bendición.

Acompáñame en la creencia de que es posible hacer la diferencia, tú y yo somos uno. ♥︎

Dr. Alberto Chirinos

Comunicador y conductor del programa de televisión “Ser Integral”.

viernes, julio 02, 2021

Solo por hoy

Solo por hoy…

…seré feliz. La felicidad reside y se manifiesta desde mi interior; no es un acontecimiento externo.

…me ajustaré a lo que es y no trataré de ajustar todas las cosas a mis propios deseos. Aceptaré mi familia, mis negocios y suerte como son y procuraré encajar en todo ello.

…cuidaré de mi organismo, lo ejercitaré, lo alimentaré, no abusaré de él ni lo abandonaré, de tal forma que será una perfecta máquina para mis cosas.

…fortaleceré mi espíritu. Aprenderé algo útil. No seré un haragán mental. Leeré algo que requiera de mí: esfuerzo, meditación y concentración.

…ejercitaré mi alma de tres modos. Haré a alguien algún bien sin que él o ella lo descubra. Haré dos cosas que no me agrade hacer, tan solo –como lo dice William James– por ejercitarme.

…seré agradable. Tendré el mejor aspecto que pueda, me vestiré con la mayor corrección a mi alcance, hablaré en voz baja, me mostraré cortés, seré generoso en la alabanza, no criticaré a nadie, no buscaré defectos en nada, y no dirigiré ni enmendaré la plana de mi prójimo.

…viviré únicamente este día, sin abordar a la vez todo el problema de la vida, puedo hacer en doce horas cosas que me espantarían si tuviera que mantenerlas durante una vida eterna.

…tendré un programa. Consignaré por escrito lo que espero hacer cada hora. Cabe que no siga exactamente el programa, pero lo tendré. Eliminaré dos plagas: la prisa y la indecisión.

…tendré media hora tranquila de soledad y descanso. En esta media hora pensaré a veces en Dios, a fin de conseguir una mayor perspectiva de mi vida.

…no tendré miedo y,  especialmente, miedo de ser feliz, de disfrutar de lo bello, de amar y de creer que las cosas y las personas que amo me aman.

Solo por hoy, porque el hoy bien vivido sana la herida del ayer, y hace del mañana una visión de esperanza. ♥︎