Es tan peligroso como el SIDA o el cáncer. Muchas veces ocasiona hasta la muerte por el pesimismo que genera en las personas. El pesimismo puede surgir cuando enfrentamos situaciones difíciles y dolorosas, y sentimos que no podemos hacer nada para cambiarlas. El pensamiento pesimista puede generar una sensación de impotencia y falta de capacidad para generar cambios positivos en nuestra vida. La persona pesimista cree que los demás tienen buena suerte o popularmente dicho: cree que los demás están de buenas y el no.
El pesimismo también puede ser causado por experiencias traumáticas o por una perspectiva negativa aprendida a lo largo del tiempo, y puede llegar a desarrollar una energía tan poderosa, capaz de atraer las desgracias o infortunios sin mucho esfuerzo. En cualquier caso, el pesimismo puede tener efectos negativos en nuestra salud emocional y mental, y puede limitar nuestra capacidad para pensar positivamente.
Por ejemplo, posiciónate negativamente y piensa que te vas a caer, concéntrate en ello y verás como efectivamente terminas en el piso. O peor aún, piensa que al salir a la calle te van a robar, adopta este pensamiento, esta actitud y verás como terminas siendo víctima de un atraco. Y sigue alimentando tu propensión de esperar todo lo peor para que veas como sucesivamente te suceden las cosas que piensas y deseas.
A esta actitud la he denominado virus por la sencilla razón de que la mayor parte de las veces se obtiene por el contagio de la actitud de otras personas; de los que se llaman amigos, de quienes nos rodean. Hay varias maneras de adquirir el VAMN y aunque no lo creas, muchas veces permanece cerca de usted, lo puedes encontrar en el trabajo, en el estudio, en el barrio, en la familia, donde vive, o lo más insólito, lo puedes tener durmiendo a tu lado.
Las personas negativas están a su alrededor, los contacta sin darse cuenta a través de otras personas a quienes en un momento dado denomina “amigos, compañeros, colaboradores y hasta confidentes”.
Las personas que poseen el VAMN se pueden identificar claramente porque en su forma de pensar y actuar reflejan las siguientes características:
- Tienen una perspectiva negativa ante los cambios o situaciones desconocidas.
- Tienden a preocuparse por el futuro.
- Suelen ser propensos a ver las dificultades como insuperables.
- Ven más los errores que los aciertos.
- No suelen tener muchas esperanzas en las personas en general.
- Pueden llegar a ser muy críticos y negativos con todo lo que les rodea.
- A menudo tienen una mentalidad de fracaso, anticipando lo peor en situaciones nuevas y desafiantes.
- Les falta confianza en sí mismos y dudan de su propia capacidad.
- Pueden tener una visión pesimista del futuro, viéndolo como incierto o amenazador.
- Pueden ser propensos a la ansiedad y a la preocupación excesiva.
- Suelen enfocarse más en las limitaciones que en las oportunidades.
- Pueden reaccionar exageradamente a los problemas y dificultades, sintiéndose abrumados y desesperados.
- Les cuesta encontrar soluciones y pueden sentir que están atrapados en situaciones difíciles.
- Pueden ser bastante resistentes al cambio y prefieren la comodidad y la seguridad de lo familiar.
- A menudo hacen uso de una expresión desagradable.
- Sus diálogos siempre hablan de destrucción.
- Para ellos todo o casi todo, son solo mentiras.
- Se quejan porque sí y porque no.
- Todo les parece malo.
- No les gusta el progreso.
- Se meten en problemas a toda hora.
- Son irresponsables.
- Les gustan los vicios y se esclavizan a ellos.
- Son agresivos en su hablar y en su obrar.
- Son oportunistas.
- Son rencorosos.
- Son vengativos.
Todas éstas y las demás características que usted pueda recordar y le puedan ayudar a identificar a una persona contagiada con el VAMN.
Síntomas que produce el VAMN
El principal síntoma que produce el VAMN es el pesimismo y éste a su vez, produce varios síntomas físicos y emocionales, si usted puede recordar y analizar lo que le pasa es este tipo de personas, podrá observar los siguientes:
- Ansiedad: puede experimentar ansiedad constante debido a la preocupación excesiva por el futuro y la falta de confianza en que las cosas salgan bien.
- Depresión: el pesimismo también puede desencadenar una sensación de tristeza y desesperanza, lo que puede conducir a la depresión.
- Falta de motivación: las personas pesimistas pueden perder la motivación y el entusiasmo por las actividades que antes les gustaban, ya que pueden sentir que no vale la pena el esfuerzo.
- Aislamiento social: las personas pesimistas pueden aislarse de los demás debido a su visión negativa del mundo y de las relaciones interpersonales.
- Falta de creatividad: el pesimismo puede limitar la capacidad de una persona para pensar de manera creativa y encontrar soluciones innovadoras a los desafíos de la vida.
En general, el pesimismo puede tener un impacto significativo en la salud mental y puede afectar la calidad de vida de una persona. Es importante reconocer los posibles síntomas del pesimismo y buscar ayuda si se siente sobrepasado por la negatividad.
Sobre el pensamiento negativo debe tomar conciencia de inmediato, muchas veces esta actitud es de rebeldía, por cosas sin importancia o sencillamente porque se quiere demostrar importancia de esa manera, y lo que hace es alejar las personas de su lado, de esta manera nadie los ayudaría o les brindaría oportunidades de hacer algo por ese pesimismo.
Pero se tiene la solución, porque en este mundo ¡todo tiene solución!
Revista Sembradores
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